Estos últimos años los medios de comunicación y divulgación científica cada vez suelen ser más entusiastas con respecto a los últimos descubrimientos de la astronomía. Incluso, de manera coloquial, se utiliza la expresión “eslabón perdido” para referirse a la pieza que falta en una cadena de acontecimientos que explican un fenómeno natural, ya sean para referirse a los misterios que envuelven a la evolución biológica o incluso lo podemos apreciar en el conocimiento a saber de la formación planetaria. Un equipo de investigadores del MIT, el Instituto Astrofísico de Canarias (IAC) y el Instituto Max Planck de Astronomía de Heidelberg, en Alemania, han publicado un estudio donde se habla de que TESS ha encontrado nuevos exo-planetas que posiblemente nos podrían ayudar a explicar la formación planetaria. Evidentemente, estos están muy lejos, para ser precisos a 73 años luz del planeta en el que habitamos. Y aunque la humanidad ya ha identificado gran cantidad de exo-planetas, los astrónomos están muy esperanzados con el hallazgo, ya que también podría conllevar al descubrimiento de un mundo habitable o a lo mejor, vida. El objetivo de este artículo será el de explicar la odisea de este proyecto y examinar aquella posibilidad.
Exo-Planetas
Bueno, para comenzar a abordar el tema tenemos que saber algunos conceptos de astronomía, por ejemplo, ¿Qué es un exo-planeta? Estoy seguro que hay una noción básica del concepto de un “planeta” sin ser tan analíticos; sin embargo, la noción de un “exo-planeta” es un flamante concepto del siglo XX. También conocido como planeta extrasolar, los exo-planetas son un tipo de planeta que no está asociado con nuestro Sistema Solar. (Moore, 2002) Paul Butler, astrónomo estadounidense que es reconocido por su temprana búsqueda en los años 90, afirma que en ese entonces:
“Todo el campo tenía una especie de brillo de aceite de serpiente porque, durante los cincuenta años anteriores, hubo muchos reclamos del primer planeta extrasolar de la historia, y lo único que todas estas afirmaciones tenían en común era que estaban equivocadas (…) Nadie sabía lo que estábamos haciendo, y a nadie le importó". (NASA Jet Propulsion Laboratory, 2015)
Sin embargo, una vez que se verificaron los primeros planetas entre 1992 y 1995, este pequeño afán por seguir conociendo el mundo que nos rodea comenzó, a avanzar en el campo. Siendo más específicos, el descubrimiento del púlsar Lich en la constelación de Virgo usando el radio-telescopio de Arecibo, en Puerto Rico (Wolszczan & Frail, 1992); en el cual, dos exo-planetas que orbitan alrededor de un púlsar (PSR B1257 + 12) a unos 2.300 años luz de distancia de la Tierra, fueron encontrados. Luego, en 1994 se encontró un exo-planeta más orbitando por este pulsar. Los tres recibieron nombres poco emocionantes: PSR1257 + 12b, PSR1257 + 12c y PSR1257 + 12d. Pero gracias al concurso Name Exoworlds , estos fueron renombrados en 2015 como Draugr ("Skyrim", ¿alguien?), Poltergeist y Phobetor, respectivamente. (Galeon, 2017)
Hoy aproximadamente 4000 exo-planetas han sido descubiertos (Schneider, 2007). Varios de estos, gracias a la misión Kepler del 2009 con un coste de operación estimado en 600 millones de dólares. A pesar de que Kepler llegó a su fin, la búsqueda de exo-planetas está lejos de terminar. El satélite de estudio de tránsito de exo-planetas de la NASA (TESS), servirá como sucesor y caza de planetas que orbitan estrellas brillantes dentro de los 300 años luz de la Tierra.
Transiting Exoplanet Survey Satellite (TESS)
TESS (en español, Satélite de Sondeo de Exo-planetas en Tránsito) es una misión de exploración de Astrofísica de la NASA dirigida y operada por el MIT en Cambridge, Massachusetts, y administrada por el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. El principal objetivo de este satélite es el de descubrir miles de exo-planetas en órbita alrededor de las estrellas enanas más brillantes del universo. Así mostrando la diversidad de planetas en la galaxia. Para ello, el telescopio lleva a bordo varios tipos de cámaras con los que inspeccionará gran parte del espacio. Con la tecnología de TESS, será posible estudiar la masa, el tamaño, la densidad y la órbita de una gran cohorte de pequeños planetas, incluyendo mundos rocosos en las zonas habitables de sus estrellas anfitrionas, también proporcionará objetivos principales para una mejor observación y estudio desde el telescopio espacial James Webb (James Webb Space Telescope - JWST), así como otros grandes telescopios terrestres y espaciales previstos para el futuro. Este es probablemente uno de los últimos esfuerzos para tratar de responder preguntas que han intrigado a los humanos durante milenios y dominado la astronomía durante las últimas tres décadas: ¿Estamos solos? ¿Hay otras tierras? La evidencia de incluso un solo microbio en cualquier otro lugar de la galaxia podría sacudir la ciencia. (Overbye, 2018)
El TESS, que marca su primer año de operaciones este mes, ya ha encontrado 21 nuevos planetas y otros 850 mundos potenciales en espera de confirmación, todos ubicados dentro de unas pocas docenas de años luz de nuestro propio sistema solar, George Ricker, investigador principal de TESS, actualmente Director del Laboratorio CCD en el Instituto Kavli de Astrofísica e Investigación Espacial del MIT declaró al New York Times. "Ha excedido nuestras esperanzas más optimistas". (Jee, 2019) TESS descubrió el trío de planetas a unos 73 años luz de distancia de la Tierra. Los exo-planetas son de un tipo que no existe en nuestro sistema solar, ya que se encuentran entre la Tierra y Neptuno en tamaño.
Último descubrimiento
No les podré mentir, sin duda alguna esto sí podría arrojar luz sobre cómo los planetas que conocemos llegaron a ser lo que son. El descubrimiento fue posible después de detectar periódicas inmersiones en la luz en la estrella causadas por cada uno de estos planetas en órbita, esto consiste en que el satélite mire fijamente parches del cielo durante 27 días seguidos, monitoreando miles de estrellas en busca de posibles tránsitos, caídas de brillo, principalmente características que podrían indicar a un planeta que bloquea temporalmente la luz de la estrella cuando pasa por delante de ella. Ubicadas en la región sur de la Constelación Pictor y tienen órbitas muy cortas alrededor de TOI 270 (TESS Object Of Interest), que es una estrella enana roja.

Estos, nombrados de forma extraña como, TOI-270 b, TOI-270 c y TOI-270 d, son principalmente gaseosos, pero mucho más pequeños que los planetas de este tipo que se encuentran en el sistema solar, por lo que responden a una tipología desconocida hasta el momento. En el artículo del astrofísico, Maximilian Günther (Gunther, y otros, 2019) explica que:
(i) TOI 270 b tiene una masa alrededor de 1.9 veces mayor que la de la Tierra.
Debido a su proximidad a la estrella, el planeta b es un mundo caliente. Su temperatura de equilibrio; es decir, la temperatura basada solamente en la energía que recibe de la estrella, que ignora los efectos de calentamiento adicionales de una posible atmósfera, es de alrededor de 490 grados Fahrenheit (254 grados Celsius), es decir, un abrasador.
(ii) Los otros dos planetas, TOI 270 c y TOI 270 d, son, respectivamente, 2.4 y 2.1 veces más grandes que la Tierra y orbitan la estrella cada 5.7 y 11.4 días.
Aunque solo es aproximadamente la mitad de su tamaño, ambos pueden ser similares a Neptuno en nuestro sistema solar, con composiciones dominadas por gases en lugar de rocas, y probablemente pesen alrededor de 7 y 5 veces la masa de la Tierra, respectivamente. Al parecer es una razón suficiente para denominarlas “Sub-Neptunos”.

Estos tres nuevos exo-planetas no son a lo que están acostumbrados a ver estos investigadores. Durante la misión de la nave espacial Kepler, estos se acostumbraron a los descubrimientos de exo-planetas. Pero los planetas eran en su mayoría más grandes que la Tierra, y muchos de ellos eran gigantes gaseosos, Júpiter calientes y demás. Pero estos tres nuevos son diferentes: uno es un poco más grande que la Tierra, y los otros dos son aproximadamente el doble del tamaño de Neptuno, que es pequeño en términos de exo-planetas. Sin embargo, el planeta más externo (TOI 270 d) parece ser de particular interés para los científicos, quizás porque es el planeta más templado de los tres. La temperatura de equilibrio de TOI 270 d es de aproximadamente 66 grados Celsius (150 F), todavía caliente en términos humanos, pero lo suficientemente templada como para ser rara para los exo-planetas. (Massachusetts Institute of Technology, 2019) Y bueno, ya se planearon observaciones de seguimiento sobre el sistema para el próximo año, cuando se lance el telescopio espacial James Webb. Podrá medir la composición de las atmósferas de los planetas TOI-270 para oxígeno, hidrógeno y monóxido de carbono.
Sin embargo, (y como no he querido mencionarlo) esto podría hacer más probable la existencia de vida en el universo. La mayor parte de los astrofísicos, cosmólogos y los astrobiólogos de la actualidad están convencidos de que "ahí arriba", en alguna parte, deben existir formas de vida “inteligente”. Es una inducción válida después de pensar en la enormidad del Universo: miles de millones de galaxias, con cientos de miles de millones de estrellas cada una y billones de planetas orbitando alrededor de esas estrellas. Casi sin excepción, leemos el término "habitable" en una revista de divulgación científica donde simplemente se refiere a la presencia de agua líquida en el exo-planeta (aunque carecemos de la capacidad para realizar esta medición). Pero, evaluar la verdadera habitabilidad de un cuerpo requiere un conocimiento mucho mayor de la composición, atmósfera e historia del exo-planeta que el que poseemos actualmente. Una respuesta sabia a los anuncios planetarios "habitables" explica estas limitaciones de investigación y reconoce que la vida probablemente requiere mucho más que agua líquida.
¿Qué significa “habitable”?
Desafortunadamente, aún tengo mis opiniones fundamentadas sólo en probabilidades de que –P sea más probable que P, su afirmación o doble negación (Sea P, existencia de vida inteligente). Podría basarme principalmente en la ausencia de evidencia para P o incluso en las dificultades que tenemos sobre la comprensión del origen de la vida (Spiegel & Turner, 2012), no hago una conclusión aún porque podría caer en un error de razonamiento, por eso el de la probabilística. Pero, eso no sería todo, pues aún falta mucho para descubrir, el término “habitable”.
A la luz de nueva información, hay varias cosas que debemos tener en cuenta al discutir un planeta aclamado como “habitable”. Primero, aún no se ha obtenido la tecnología precisa para juzgar si un planeta es realmente habitable o no, aún con el TESS que es 30-100 veces mejor que Kepler (TESS: Science Support Center, s.f.). En segundo lugar, la mayoría de las personas que hablan de habitabilidad asumen que tener agua líquida hace que un planeta sea habitable. Claramente, la vida requiere agua líquida, pero los estudios de los planetas del sistema solar indican un conjunto de condiciones mucho más estrictas para que un planeta albergue realmente la vida. En tercer lugar, incluso la información accesible (masa, tamaño, órbita y posiblemente algunos datos atmosféricos) solo permite una declaración tentativa sobre la posibilidad de que exista agua líquida en el planeta. La tentativa se relaciona directamente con la falta de conocimiento detallado sobre la composición y la atmósfera del planeta.
Como antes se había mencionado, aún no podemos explicar con total plausibilidad el origen de la vida, cuando eliminas esa tentativa, resulta que la probabilidad real de que la vida emerja sea consistente con que la vida sea arbitrariamente rara. En otras palabras, el hecho de que la vida surgió al menos una vez en la Tierra es completamente coherente con que solo haya sucedido aquí. (Spiegel & Turner, 2012)
Otro aspecto a consideración es el bloqueo de mareas. Con fuerza de marea, se refiere a la atracción gravitacional desigual entre dos objetos, sea un ejemplo la tierra y la luna, sí, la razón del porqué no vemos el lado oscuro de la luna. Es donde mareas altas y mareas bajas nacen, dependiendo de qué océano está más cerca de la luna en un momento dado. La razón fundamental para KST y TESS ha sido encontrar planetas potencialmente habitables, como se había mencionado, pero los cálculos del astrónomo Rory Barnes revelan que aproximadamente la mitad de los 3,200 candidatos al exo-planeta no confirmados de KST, suponiendo que sean planetas reales, estarán bloqueados por la marea. En cuanto a los exo-planetas que TESS probablemente descubra más adelante, Barnes muestra que la gran mayoría se acercará al bloqueo de las mareas en menos de mil millones de años. Barnes finaliza el resumen de su artículo con esta frase: "Estos resultados sugieren que el proceso de bloqueo de las mareas es un factor importante en la evolución de la mayoría de los exo-planetas potencialmente habitables que se descubrirán en el futuro cercano" (Barnes, 2017) Desarrollando el punto que también resalta el astrofísico Hugh Ross:
“Por varias razones, es muy poco probable que los planetas bloqueados por mareas sean habitables (…) Una razón obvia es que un hemisferio del planeta siempre se enfrenta a su estrella, lo que hace que ese hemisferio se caliente ardientemente mientras que el hemisferio opuesto del planeta nunca se enfrenta a su estrella anfitriona, haciendo que ese hemisferio se congele. Si bien una atmósfera planetaria espesa podría hacer que la zona crepuscular entre la luz y la oscuridad en el planeta sea una temperatura adecuada para el agua líquida, el transporte atmosférico mueve rápidamente toda el agua superficial del planeta desde su lado iluminado por las estrellas hasta su lado oscuro, donde se congela permanentemente.” (Ross, 2017)
Para concluir que: “El artículo de Barnes muestra que incluso si uno solo usa agua líquida como criterio de habitabilidad, la posibilidad de encontrar un planeta así es relativamente remota” (Ross, 2017)
Cabe resaltar nuevamente, que este análisis probabilístico tampoco concluye que P es falso; aparte, el avance científico tiende a progresar en estas últimas décadas de manera emotiva y podría finalmente encontrar la anhelada evidencia y la razón de ser del TESS. Como un devoto cristiano y un autodidacta en temas de filosofía de la religión y astronomía, una noticia así se me haría algo difícil de masticar. Entonces, ¿Qué pasa si están en lo correcto estos optimistas? ¿Cuál es entonces nuestro lugar en el universo?
Nuestro lugar en el universo
En el ámbito en que me encuentro yo, sobre lo que denomino una falsa dicotomía entre la ciencia y la fe, podría ser algo preocupante encontrar vida extraterrestre; sin embargo, ya se ha escrito acerca de esto, no sé qué tan satisfactoria sean las respuestas, así que analizaremos algunas, aunque de entrada afirmo que estas cosmovisiones no son mutuamente excluyentes; por ejemplo, Francis Collins, genetista y exdirector del proyecto del Genoma Humano lo dice de la siguiente manera:
“Si eso llegara a pasar, se ha escrito mucho sobre la importancia teológica potencial de descubrir vida en otros planetas. ¿Algo así haría que la vida en la Tierra fuera automáticamente menos “especial”? El hecho de que hubiera vida en otros planetas, ¿Haría la participación de un Dios creador menos probable? Desde mi punto de vista, esa conclusión no me parece garantizada. Si Dios existe, y desea tener cierta fraternidad con seres conscientes como nosotros mismos, y puede manejar el reto de interactuar con los seis mil millones de nosotros que habitamos este planeta en la actualidad y los incontables que ya se han ido, no queda claro por qué quedaría más allá de sus habilidades interactuar con criaturas simples en unos cuantos planetas más o, para el caso, unos cuantos millones de planetas más” (Collins, 2006)
Aunque, Collins termina dicha mención evitando el debate teológico sobre las nociones morales de estas criaturas y su relación con temas soteriológicos. Deborah Haarsma, directora de BioLogos parece asumir dicho reto. (Haarsma, 2019)
Haarsma, al parecer coincide con las ideas de David Wilkinson, astrónomo y teólogo, pues menciona:
“Si bien comparten mucho con otras formas de vida, incluso quizás con inteligencia y autoconciencia, los seres humanos están incrustados en la historia de los actos particulares de Dios. Esto no es una apelación a la superioridad humana. Se trata de una relación excepcional pero no de una relación exclusiva. Los seres humanos pueden ser especiales sin negar el amor y la preocupación de Dios por otros seres inteligentes.” (Wilkinson, 2013)
(1) Los extraterrestres no han caído y, por lo tanto, no necesitan redención.
En la trilogía espacial de CS Lewis, las personas inteligentes en Marte y Venus conocen a Dios, pero no han sucumbido al pecado. Quizás otros mundos tengan la situación que habríamos tenido en la Tierra si Adán y Eva hubieran elegido obedecer a Dios. O tal vez la vida en otros mundos es dramáticamente diferente a la nuestra en formas que no encajan con nuestros conceptos de pecado y redención. (Lewis, 1938-1945)
(2) Los alienígenas han caído y tienen su propia relación con Dios que es diferente a la nuestra.
Esto podría ser similar a la situación de los ángeles en las Escrituras. Los ángeles fueron creados por Dios y algunos decidieron caer en la desobediencia, sin embargo, no leemos de un plan de redención para ellos. La especulación sobre esto se remonta a la década de 1600, cuando el erudito Bernard de Fontenelle argumentó que los extraterrestres no son parte de la economía humana de la salvación.
(3) Los extraterrestres han caído, pero están incluidos en la obra redentora de Cristo en la Tierra.
Los partidarios de este punto de vista argumentan que la obra redentora de Cristo se realizó solo una vez, en la Tierra. Rechazan la idea de que la segunda persona de la Trinidad muere una y otra vez en millones de mundos. La resurrección tiene implicaciones cósmicas, con todas las cosas reconciliadas con Cristo en la nueva creación. El planeta Tierra fue elegido por Dios para ser el lugar de redención para todo el cosmos, así como el pueblo judío fue elegido por Dios entre los pueblos humanos. ¿Cómo sería el camino hacia Dios para los extraterrestres? Quizás reciban alguna revelación especial de Dios sobre la redención pagada por Cristo en la Tierra, o quizás conozcan a Cristo de alguna otra manera y se refieran a él con un nombre diferente. Incluso puede ser nuestra responsabilidad como humanos llevarles el evangelio a través de distancias cósmicas.
(4) Los extraterrestres han caído, pero la encarnación y el trabajo redentor de Cristo se repiten en sus propios mundos.
Desde este punto de vista, Cristo no solo se encarnó en otros planetas, sino que murió en esos mundos por los pecados de criaturas alienígenas. Los partidarios argumentan que sería arrogante para los humanos asumir que el trabajo de Dios para nosotros en la Tierra también se aplica a otras civilizaciones. En las Escrituras vemos a un Dios de santidad y amor que se entrega a sí mismo, y ese mismo personaje estaría trabajando con los extraterrestres de la misma manera que lo está con nosotros. Si se invitara a los extraterrestres a relacionarse con Dios y aun así eligieran pecar, Dios mostraría su amor redentor de la misma manera.
Hay múltiples alternativas apegadas que toman en serio las Escrituras, la Teología y las ciencias. Mientras reflexionamos sobre esto, podemos mantenernos firmes en nuestro conocimiento de lo que Dios hizo por nosotros en la Tierra: Jesucristo, completamente Dios y completamente humano, murió para redimir el pecado humano. Dios es libre de crear como quiera. Así como celebramos toda la vida en la Tierra como la creación de Dios, también podemos celebrar cualquier vida extraterrestre que podamos descubrir. Podemos ser exploradores curiosos, basados en el conocimiento de Dios como el Creador amoroso. Los cristianos pueden alentar a los científicos en su estudio del origen de la vida en la Tierra y en la búsqueda de vida en otros mundos. Podemos alentar a los teólogos a reflexionar sobre las implicaciones de tales descubrimientos antes de que sucedan. Toda verdad es la verdad de Dios, donde sea que se encuentre. Exploremos la creación de Dios con curiosidad, con humildad para aprender y con cuidado y respeto por cualquier vida más allá de la Tierra que podamos encontrar.
Referencias
Barnes, R. (2017). Tidal Locking of Habitable Exoplanets. Retrieved from ArXiv: https://arxiv.org/pdf/1708.02981.pdf
Collins, F. (2006). ¿Cómo habla Dios? Ariel .
Galeon, D. (2017, Enero 9). The First Exoplanet Was Discovered 25 Years Ago Today. Retrieved from Futurism: https://futurism.com/the-first-exoplanet-was-discovered-25-years-ago-today
Gunther, M. N., Pozuelos, F., Dittmann, J., Dragomir, D., Kane, S., Daylan, T., (...) Waite, I. (2019). A Super-Earth and two sub-Neptunes transiting the bright, nearby,. Retrieved from ArXiv: https://arxiv.org/pdf/1903.06107.pdf
Haarsma, D. (2019, Julio 31). What would life beyond Earth mean for Christians? Retrieved from BioLogos: https://biologos.org/articles/what-would-life-beyond-earth-mean-for-christians
Jee, C. (2019, Julio 30). NASA’s exoplanet hunter has spotted three new worlds in a nearby solar system. New York Times.
Lewis, C. S. (1938-1945). The Space Trilogy. The Bodley Head.
Massachusetts Institute of Technology. (2019). TESS discovers three new planets nearby, including temperate 'sub-Neptune'. Science Daily.
Moore, P. (2002). Philip's Astronomy Encyclopedia. Philip´s. Retrieved from Exoplanet Exploration: https://exoplanets.nasa.gov/tess/
NASA Jet Propulsion Laboratory. (2015). The Search for Another Earth. California: Exoplanet Exploration Communications Team.
Overbye, D. (2018, Marzo 26). Meet TESS, Seeker of Alien Worlds. New York Times, pp. https://www.nytimes.com/2018/03/26/science/tess-nasa-exoplanets.html.
Ross, H. (2017, Agosto 17). Grip of Tidal Locking Challenges “Habitable” Planets. Retrieved from Reasons to Believe: https://www.reasons.org/explore/blogs/todays-new-reason-to-believe/read/todays-new-reason-to-believe/2017/08/27/grip-of-tidal-locking-challenges-habitable-planets
Schneider, J. (2007, Abril 25). Interactive Extra-solar Planets Catalog. Retrieved from The Extrasolar Planets Encyclopedia.: http://exoplanet.eu/
Spiegel, D., & Turner, E. (2012). Bayesian analysis of the astrobiological. National Academy of Sciences. Retrieved from ArXiv: https://arxiv.org/pdf/1107.3835.pdf
TESS: Science Support Center. (n.d.). Mission objectives. Retrieved from https://heasarc.gsfc.nasa.gov/docs/tess/
Wilkinson, D. (2013). Science, Religion, and the Search for Extraterrestrial Intelligence. Oxford University Press.
Wolszczan, A., & Frail, D. (1992). A planetary system around the millisecond pulsar PSR1257 + 12. Nature: International Journal of Science, 145-147.
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